¿Qué queda de tus vinos,
de tus mujeres?
¿Qué de tus ciencias?
¡Ay! Polvo y tránsito.
Pero de tus cantos,
el suave, alegre son.
O la reflexión profunda.
Reverberación congelada en el tiempo.
¿Qué queda?
Una sonrisa, y un sueño.
Abriendo caminos
Hace 9 años
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