sábado, 7 de febrero de 2009

DECISIÓN

Atribulado se encontraba el joven jefe.
Se equivocó el hechicero.
No regresaron las manadas,
no brotó el agua.
Alimañas y fango es lo que resta.

Arcanos rituales resucitados.
Las piedras de los antiguos,
los dibujos sagrados de la caza,
con solemnidad repetidos.
Los cantos a la Luna, a la diosa madre.

Inútil el sacrificio.
El ayuno primero. De comida, de sexo.
Los dones a los dioses después,
la escasa comida.
intercambio con el cielo nunca satisfecho.
Finalmente, los infantes.
Abandonados en la noche,
a las fieras cedidos.
Otro intercambio. Fútil.
Terrible, sí, necesario:
sobrevivido no hubieran.

Se equivocó, el viejo chaman.
Su sabiduría, por cientos de lunas
acumulada, desde los antiguos,
respuesta no proporcionó.

Su padre, tan seguro siempre,
¿qué haría?
Pero también él, el paso dio,
al obscuro mundo voluntariamente cruzó.

Otros marcharon,
al lejano norte cruzaron.
buscando caza, la vital agua.

¿Qué hacer?
Sólo una última decisión.
Quedar y morir.
O correr,
con las ultimas provisiones,
los pocos jóvenes.

Llevar con ellos el futuro,
condenar al resto,
Por la tribu, por su bien.

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