sábado, 7 de febrero de 2009

FEBRIL

Febril,
Somnoliento por el bamboleo del camello,
Tu imagen viene a mí.
Mis quebrados labios tu nombre musitan:
Jadine, Jadine.
Cegado por Sol, leo en tus negros ojos la verdad que me negaste.
A pesar del calor asfixiante, la frescura de tu piel respiro.

Al partir, me dijo tu padre:
"Con mi caravana regresa, rico,
t será tuya".
Y mirando la celosía de tu cuarto, partí.
Partí; cargado de mercancías,
de esperanzas y fugaces recuerdos.

Ni los esclavos abandonados en el desierto,
por el simún cubiertos.
Ni el oro o el marfil africanos,
rémoras inútiles, en esta caravana perdida.
Ni las especies de allende los mares.
O la suave seda que al mercado de tu padre llega de oriente.
Ni todos los perfumes de Arabia.

El sutil olor de tu pelo,
el tacto de tu tersa piel.
El kohl de tus ojos o el sabor de tus labios.
La elegancia de tu cadencia.

No.
Siquiera el agua de mi odre casi vacío.
Nada cambiaria por ti.
Por beber esa lagrima furtiva.
Por aquella noche robada,
en los jardines de tu padre.

Vuelvo a ti, exhausto,
Sabiendo que al final,
estará aquel lecho de rosas.
Y tú.

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