sábado, 7 de febrero de 2009

LA MUERTE DE DARÍO

Encadenado con eslabones de oro,
con lujosa, enjoyada túnica, rasgada,
yace Darío.
En carromato abandonado,
por sus propios súbditos asesinado,
en un rincón del imperio,
Darío yace.

Rey de reyes, Señor de las Tierras.
Dueño de Todo, Amo de Asia.
Desde allende del Indo hasta el Egeo;
entre Norte y Sur, única voz.
Sin embargo, ahora por todos abandonado.

Si hubiera sabido él,
¿qué paz a los macedonios hubiera ofrecido?
Isos, Gaugamela; cobardes huidas.
¿Muerto allí, mejor cayera,
como héroe, si hubiera podido?

Cubierto por la capa,
y también por el mito, del Gran Alejandro,
Yace Darío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario